sábado, 9 de octubre de 2010

Cobardía: la cuarta menos preferida.

Una trilogía destructiva
es lo que atenaza mis horas turbias
y a cada uno de los pilares
tengo que dictaminarles advertencia:

Primera,
Solías reverdecer para torturarme
pero ya no es lo mismo
solo encuentro repugnantes remedos:
el alma te ha dejado abandonada

Pero por ti ya no suspiro

Segunda,
Sabes que debemos dejar los mordiscos
colgados en el cielo sombrío
pues ser expectados en la noche
solo llena de pasión mis heridas

Pero contigo solo juego

Tercera,
Me faltan palabras, mi mente se obnubila
que exhale guturales mi corazón:
¡Por ti vuelvo a encender, sin notarlo,
las lámparas marchitas de ayer!

Porque por ti sí muero...

Y aunque he está explicado todo
y la elección se hace notoria
debo aclarar que la culpable
es la única empedernida: cobardía.